Un banco vacío es un silencio lleno de promesas de palabras. Un banco es un espacio público, ni tuyo ni mío, sino de todos. Allí donde no había un espacio, un banco crea un espacio de conversación...
viernes, 10 de septiembre de 2010
Movimiento y quietud
Pilar Vidal Clavería (Barcelona): Casa de turismo rural Chon-Kemin, 2010
No es el jardín de las delicias, pero seguro que a los niños les encanta columpiarse ahí y a los abuelos sentarse a mirarlos ¡una combinación deliciosa!
Este columpio era especial ya que no te sentabas en la tabla sino que te ponías de pie sobre ella y el movimiento resultaba perpendicular a la situación del banco, por lo que no había peligro para los que estuvieran allí sentados.
En un parque infantil que había a mediados de los 90 en el pueblo de Gualba, en el Montseny, podías encontrar una instalación de características similares: una tabla horizontal para balancearte derecho y de lado en paralelo al suelo, y un columpio de corte y uso más tradicional.
Esta doble manera de moverse daba pie a las más fantásticas aventuras: partían de viaje Ferran y Guillem, a sus 5 y 3 añitos recién cumplidos, cada uno en su corcel, o en su nave, hacia los destinos más lejanos o más insospechados, y, lo mejor de todo, cada cual tenía que hacer frente a los enormes contratiempos y graves dificultades propias del modo que había escogido para viajar; a todo eso se añadía el placer simultáneo de la conversación con el otro, o el monólogo escuchado de soslayo, mientras seguía el curso de la aventura.
Ya lo he dicho alguna vez y lo repito ahora:
"La literatura [la imaginación, la creatividad, el arte...] es la infancia al fin recobrada" (Georges Bataille)
Mercedes, Ofelia, Montse, Pilar, todo cuanto escribo [imagino] es gracias a vosotras. "Quien comanda el oído es el lector" (Italo Calvino). A vosotras me encomiendo.
6 comentarios:
Esta fotografía me produce desasosiego. La perspectiva del columpio induce a pensar que embestirá al estático banco.
Dentro del movimiento, la quietud, como el propio planeta, como el universo.
Besos sosegados
La foto es genial y el diseño del jardín, también. Puro surrealismo.
Felicidades por la toma
No es el jardín de las delicias, pero seguro que a los niños les encanta columpiarse ahí y a los abuelos sentarse a mirarlos ¡una combinación deliciosa!
Este columpio era especial ya que no te sentabas en la tabla sino que te ponías de pie sobre ella y el movimiento resultaba perpendicular a la situación del banco, por lo que no había peligro para los que estuvieran allí sentados.
Un abrazo a las tres
En un parque infantil que había a mediados de los 90 en el pueblo de Gualba, en el Montseny, podías encontrar una instalación de características similares: una tabla horizontal para balancearte derecho y de lado en paralelo al suelo, y un columpio de corte y uso más tradicional.
Esta doble manera de moverse daba pie a las más fantásticas aventuras: partían de viaje Ferran y Guillem, a sus 5 y 3 añitos recién cumplidos, cada uno en su corcel, o en su nave, hacia los destinos más lejanos o más insospechados, y, lo mejor de todo, cada cual tenía que hacer frente a los enormes contratiempos y graves dificultades propias del modo que había escogido para viajar; a todo eso se añadía el placer simultáneo de la conversación con el otro, o el monólogo escuchado de soslayo, mientras seguía el curso de la aventura.
Ya lo he dicho alguna vez y lo repito ahora:
"La literatura [la imaginación, la creatividad, el arte...] es la infancia al fin recobrada" (Georges Bataille)
Mercedes, Ofelia, Montse, Pilar, todo cuanto escribo [imagino] es gracias a vosotras. "Quien comanda el oído es el lector" (Italo Calvino). A vosotras me encomiendo.
Me gusta este banco y el lugar donde está.
Un abrazo a todos
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