domingo, 14 de noviembre de 2010

Al interior del templo

Pilar Vidal Clavería (Barcelona): Kioto, 2010

11 comentarios:

giovanni dijo...

Bancos no son, mesas más bien. O son bancos para estrecharse y, si alguien te acompañe, para charlarse.

O hay un banco escondido que no veo? (A veces no miro bien.)

Saludos y tal vez hasta muy pronto

giovanni dijo...

Jaja, 'acostarse' en vez de 'estrecharse'. No sé por qué pensaba que 'estrecharse' era la palabra, tal vez por "stretch".

Pilar Vidal Clavería dijo...

Una de las cosas que destacan para ni del viaje al Japón es el de la facilidad, contrariamente a lo que podamos creer las cosas básicas, el comer, el beber, el ir al lavabo, el desplazarse, están siempre al alcance de todos, y lo que también está siempre a nuestra disposición son los BANCOS, los hay por todos los lugares que visites, permiten descansar, contemplar y compartir.

Un abrazo compartido

Noite de luNa dijo...

No he estado allí.
Da gusto poder encontrar ese tipo de cosas tan necesaria a veces, tan a mano.
Aquí, en Madrid, es justamente lo contrario.
Han cerrado casi todas las fuentes y quitado los bancos, para evitar los botellones.


Me llama la atención la anchura de los bancos.

Saludos y buen domingo

silvia zappia dijo...

Ay,pero qué bonito! Me encantan estos bancos tan grandes, que parecen mesas según Gio.
Y el templo me recuerda el libro de Mishima...podríamos hablar de Mishima...o nos aburriremos?

besos*

giovanni dijo...

Rayuela, primero léame o leáme (nos) ese cuento de Cortázar... Era de Cortázar, no?

Un beso

giovanni dijo...

"Salvo el crepúsculo"

Montse dijo...

No conozco Japón, pero me encantaría ver esos jardines y esos bancos ¡tan grandes que cabemos todos juntos!

Hablamos de Mishima?, de sus cuentos japoneses o nos sentamos a rezar una oración en agradecimiento al que nos une, de banco en banco, de rincón en rincón, para que charlemos?

Un beso a Enric y saluditos para tod@s!

Merche González dijo...

Llegué tarde, Japón está tan lejos... Ya habéis hablado, contado cuentos en bancos mesas donde compartir alimentos del alma.

Sabed, que la mística del templo me hace decir, a estas horas de la noche, que os quiero.

Besitos

Enric Batiste dijo...

El patio de este templo tan sagrado,
el aire en su interior que es aire libre,
los bancos que te invitan a sentarte
para así conversar y compartir
las palabras regalo que habéis dicho...
¡Una experiencia espiritual sutil!

Un beso en este aire en interior

Elvira dijo...

Ay, yo pensé lo mismo que Giovanni, que eran mesas. Preciosa la foto, Pilar. Besos a todos